“Así que, todas las cosas que
queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con
ellos; porque esto es la ley y los profetas.” Mateo 7:12
Dios simplifica; el hombre complica. Constantemente se pregunta, ¿Esta
bien hacer esto o aquello? Se han escrito volúmenes de libros en un esfuerzo
para contestar esta pregunta en el área de diplomacia, ética, filosofía,
psicología, sociología y la religión. Jesús la contesta con una declaración
simple, “La Regla de Oro.” Es única, inclusiva y conclusiva. Establece un
principio general, y uno especialmente valioso para nuestra guía en preguntas
dudables entre los hombres. Debemos hacerles a otros como queseáramos que ellos
nos hicieran a nosotros. Esta es, en verdad, una regla de oro. No prohíbe meramente toda
malicia insignificante, venganza y fraude. Va mucho mas allá y resuelve un sin
numero de cuestiones que en un mundo como hoy se presentan continuamente entre
los hombres. Previene la necesidad de establecer interminables reglas pequeñas
para casos específicos. Barre con todas cuestiones discutibles con un principio
poderoso. ¿Cuántas cuestiones intrincadas se
decidirían pronto se esta regla honestamente se usara?
LA EXCELENCIA DE ESTA
REGLA
LA REGLA DE ORO ES UNICA: “Así
que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros…haced
vosotros con ellos…”
Unos estudiosos insisten que este no es enseñanza nueva, que es una
enseñanza antigua en vestido nuevo. Como prueba, citan varios maestros. Confuso,
Sócrates y Platón habían expresado sentimientos negativos parecidos a este,
pero ninguno de ellos lo habían declarado positivamente como Cristo. Uno puede
obedecer lo negativo por hacer nada; la ley de la tierra puede exigir eso. Sólo
el amor puede motivar lo positivo. El amor toma la iniciativa. Esta declaración
de Jesús no es tanto una regla como un principio por el cual vivir. Pero hay
diferencia definitiva. Las enseñanzas de estos maestros son negativas; las
enseñanzas de Cristo son positivas. La de ellos es la “Regla de Plata;” la de
Jesús es la “Regla de Oro.” Sus enseñanzas son las bases de la ética humana,
las enseñanzas de Jesús son la base de la moralidad Cristiana. Estos maestros
enseñaron, pero no dieron poder con el que obedecer. Jesús enseño y faculto Sus
seguidores para obediencia.
Esta regla es enteramente perfecta y muy preciosa. Se dice que el Emperador,
Alejandro Severus, fue tan fascinado por esta regla cuando la oyó, que nombro
un de sus sirvientes para que la repitiera cuando tenia la ocasión de castigar
a alguien, y mando que fuera inscrito en las partes mas frecuentados de su
palacio y en muchos edificios públicos de la ciudad. También, profeso una
estima tan alta para Cristo como haber sido el autor de tan excelente regla que
lo incluyo entre las deidades de su pueblo.
LA REGLA DE ORO ES
INCLUSIVA: “Así que, todas las cosas que queráis... los
hombres…con vosotros”
Hasta este punto, ciertas situaciones se han citado en el Sermón del
Monte. Pero, Jesús no se detiene allí. No podemos citar capítulos y versos para
cada situación. Jesús no enseño reglas mecánicas para situaciones específicas.
Él estableció un principio para abarcar todas experiencias. Jesús dijo “todas las cosas.” Esto comprende la
totalidad de vida. No esta limitado a la familia, amigos, vecinos, o
cristianos. Incluye extranjeros, enemigos, y cada persona como individuo.
LA REGLA DE ORO ES RAZONABLE:
Está fundado sobre la justicia y la igualdad original de todo hombre. Es
muy fácil de comprender y fácil de recordar. Alguien lo ha llamado bien “La Ley
Portátil.” Es portátil, fácil de recordar, siempre esta a la mano, siempre esta
listo para ser invocado. En suma, Jesús dijo, “Ponte en el lugar del otro.
Entonces procede en conformidad.”
¡Si esta regla simple era practicada por todo el mundo, que guerras,
crímenes, e injusticias se prevendrían! ¡Que paz, beneficios sociales, y
justicia resultaría! Viviendo por las reglas de los hombres han vuelto el mundo
en un mar de miseria, sospecha, y conflicto. La Regla de Oro, trae a Dios a nuestros
corazones y vida. Es valioso en su operación en su relación a otros.
LA REGLA DE ORO ES CONCLUSIVA: “Porque esto
es la ley y los profetas.”
Perfección última depende de una norma perfecta. Este principio de la
“Regla de Oro” es perfecto. Esta fue la contestación de Jesús a esos que decían
que Él iba a anular la Ley y los Profetas. En cambio, dota a cada persona con
un poder que trae la Ley y los Profetas a su fin destinado.
Motivos
equivocados producen malos resultados. En las manos de un criminal, esta regla produciría
crimen. Sólo cuando se sigue como fue el propósito de Jesús, pueden ser sus
frutos paz, gozo, y justicia. Las desordenes sociales cesarían. Su aplicación
general traería la deseada paz a los asuntos de nuestro país. Dice el Salmo
127: 1-2: “Si Jehová no edificare la casa,
En vano trabaja los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia.
Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores; pues
que a su amado dará Dios el sueño.” La armonía entraría las relaciones
morales del hombre; la honestidad y sentimiento bueno en la política nacional; amor fraternal en una
Cristiandad dividida, y el espíritu de verdad y rectitud en la conducta de todo
hombre.
Jesús, no
solamente enseño la Regla de Oro, Él la siguió. Su vida certifica esto. Su
ejemplo supremo esta en Su muerte en la Cruz. I Pedro 2:21-24; nos dice que
Jesús se puso en el lugar del hombre. “porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para
que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño
en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición;
cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga
justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre
el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la
justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.