Romanos 12:1-2
La palabra
consagración se encuentra sobre todo en el Antiguo Testamento en referencia a
los artículos que han de ser apartados
como santo para los propósitos de la adoración a Dios. También se utiliza para
describir el apartamiento de los
sacerdotes, Quiénes han de ser consagrado al Señor. Aunque la palabra no se utiliza
ampliamente en el Nuevo Testamento, ocurre en referencia con el pan consagrado,
y se aplica a los individuos y los propósitos de Dios. Para el hijo de Dios, la
consagración no es opcional, ya que todos somos sacerdotes para Dios.
La
consagración es el acto de apartándonos del mundo para ser dedicado como un
instrumento de justicia para los propósitos de Dios. El verdadero cristianismo
es un compromiso radical a Jesús, no sólo ir a la iglesia los domingos. Si
usted desea convertirse en un hombre o mujer de Dios, consagrándose a Él va a
cosechar las recompensas de entrar en Su presencia!
La consagración
juega un papel importante en nuestro crecimiento hacia Dios. Verdadero
consagración tiene dos partes: Nuestra parte y la de Dios. Nuestra parte es la
parte práctica de separarnos de una vida de pecado. La parte de Dios es de prepararnos
para Su uso por el hecho de hacernos santos. En ser preparados para el uso santo,
Dios tiene que también preparar nuestro cuerpo para ser usado en el ministerio.
Como
creyente, Dios ya nos ha limpiado por dentro y nos ha hacho santo. Pero la
consagración en el Antiguo Testamento era para limpiar el exterior de los vasos también. Después de la salvación, la parte
de Dios en consagrarnos para Su uso es lavar nuestro cuerpo con su presencia.
La palabra
consagración significa dar, dedicar, separar o apartar para el servicio o
gloria de Dios. La consagración no significa conversión o un estado de perfección o sin pecado.
La consagración no es necesariamente una emoción o el impulso súbito
desarrollado en la excitación. La consagración es simplemente confiar
totalmente en Dios, espíritu, alma y cuerpo, no guardar ninguna reserva.
Es entregarnos a
Dios para siempre como cobrados con un precio, ya no somos de nosotros mismos.
No es necesariamente alistarse como voluntario al servicio de tiempo completo, aunque
pueda resultar así (I Cro. 29:5).
La consagración es un hecho de la voluntad. Yo tengo que
hacer una decisión. La consagración es abdicar nuestra voluntad a favor de la
de Dios. El “Yo” rinde a la autoridad de Cristo como Señor.
¿QUÉ ES LA CONSAGRACION?
A. La consagración involucra dos hechos:
1. Rendir nuestra voluntad a Dios.
2. La consagración es el hecho de Dios cuando El acepta el sacrificio
que yo hago. Involucra dedicarme a El (Miqueas
4:13). Involucra separación así a Dios (Num.
6:12). Involucra ser llenos del Espíritu (Ef. 5:18). Involucra ser apartado
para el servicio de El (Ex. 28:3).
¿QUIÉN PUEDE SER CONSAGRADO?
A. Los quien han sido salvos y son miembros de la familia de Dios.
B. La consagración no es exclusivo para los grandes, al talentoso, pero
es para cada creyente.
EL LLAMADO A LA CONSAGRACION
A. No somos ordenados a venir por la fuerza o por autoridad pero por Sus
misericordias.
B. Nuestra consagración no es impulsada por el miedo, pero por el amor y
la misericordia.
C. Algunas de las misericordias de Dios son: la justificación, la
santificación, el ser llenos del Espíritu Santo, ayuda diaria, el cielo después
de la muerte, la salud y ser parte de Su iglesia.
EL HECHO DE LA CONSAGRACION
A. Es voluntario, personal y sacrificatorio
B. Es poner nuestra vida sobre el altar de Dios. Esto es el hecho
supremo de adoración.
¿QUE DEBO CONSAGRAR?
A. Debemos entregarle nuestro cuerpo para que lo use como el desea, por
lo cual El pueda ser glorificado mas. Nuestros cuerpos ya no son de nosotros.
Ellos han sido redimidos por Dios con Su sangre.
B. Darle tus talentos.
C. Darle tu tiempo.
D. Darle tus posesiones.
E. Darle tu corazón. Esto es lo
que El quiere más que cualquier otra cosa. El corazón es simbólico del hombre interior, la personalidad verdadera.
Consagración significa darle todo lo que tenemos, pero que nos demos a El primero.
LOS RESULTADOS DE LA CONSAGRACION
(Romanos12:2)
A. Una vida que no esta conforme a este mundo. No es una vida egoísta
mundana.
B. Una vida que es transformada por la mente renovada. El hombre
renovado piensa como Dios (I Cor. 2:16).
C. Una vida en armonía en la voluntad de Dios, siguiendo felizmente Su
plan para su vida.
D. Una vida que es aceptable a ambos Dios y el hombre.
E. Una vida que es buena. Será beneficioso.
F. Una vida que es feliz, gozosa, victoriosa, porque se vive en la
voluntad perfecta de Dios.
La consagración es un proceso. Es diario, y de momento a momento rindiéndose
en la crisis diario. La renovación diaria de nuestra consagración no es por la
carne pero por el poder del Espíritu Santo que vive en nosotros.
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