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EDUCATION: Holt High School, Holt Mich., Lansing Community College, Southwestern Theological Seminary, National Apostolic Bible College. MINISTERIAL EXPERIENCE: 51 years of pastoral experience, 11 churches in Arizona, New Mexico and Florida. Missionary work in Costa Rica. Bishop of the Districts of New Mexico and Florida for the Apostolic Assembly. Taught at the Apostolic Bible College of Florida and the Apostolic Bible College of Arizona. Served as President of the Florida Apostolic Bible College. Served as Secretary of Education in Arizona and New Mexico. EDUCACIÓN: Holt High School, Holt Michigan, Lansing Community College, Seminario Teológico Southwestern, Colegio Bíblico Nacional. EXPERIENCIA MINISTERIAL: 51 años de experiencia pastoral, 11 iglesias en los estados de Arizona, Nuevo México y la Florida. Trabajo misionera en Costa Rica. Obispo de la Asamblea Apostólica en los distritos de Nuevo México y La Florida. He enseñado en el Colegio Bíblico Apostólico de la Florida y el Colegio Bíblico Apostólico de Arizona. Presidente del Colegio Bíblico de la Florida. Secretario de Educación en los distritos de Nuevo México y Arizona.

Tuesday, January 13, 2015

USTED PUEDE CAMBIAR SU FUTURO


No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2)

Es importante que tomemos tiempo para renfocar nuestras vidas y estar dispuestos para hacer cambios. Nuestra vista de metas personales y compromisos es enturbiada por las interacciones de la vida y la inseguridad del futuro. Necesitamos momentos cuando podemos dar un paso atrás y después de un momento de descanso y reflexión, somos capaces otra vez de vivir la vida con propósito, con un foco más claro en el plan y objetivo de Dios para nuestra vida.

Con el principio de un Año Nuevo, a menudo hacemos resoluciones para el Año Nuevo. Lo que estamos diciendo es que vemos una necesidad de cambio y puede ser una cosa buena sólo mientras que Dios está detrás del cambio. Somos malos en comenzando y no terminando las resoluciones del Año Nuevo, pero cuando la necesidad del cambio nace de Dios Él nos ayudará hasta que sea cumplido. Déjeme sugerir tres motivos por qué usted debería pensar en hacer algunas resoluciones de Año Nuevo.

Primero, todos necesitamos cambios. Algunos cambios encontramos que son muy difíciles admitirlo a nosotros mismos. Pero hay una gran potencia en la confesión a nosotros mismos, a Dios, y a otros. Enfrentando nuestros fracasos es el primer paso doloroso en el camino a algo mejor.

Segundo, cuando cambiamos calendarios es también un tiempo bueno para la revaloración. ¿Cómo fue el año pasado? ¿Qué quiero hacer diferentemente este año? Esta vez del año siempre me recuerda de un paso de la escritura, “Arad campo para vosotros, y no sembréis entre espino” (Jeremías 4:3). Tiene sentido. Entre más tierra que usted pone en la producción, más próspero usted será. Pero algunos de nosotros son bastante estúpidos para tratar de sembrar semillas en la tierra invadida por hierba sin arar la tierra y tener cuidado de arrancar las hierbas cuando salen. Llámelo pereza o Llámelo estupidez. Déjeme hacerle una pregunta seria. ¿Qué porcentaje de su vida esta produciendo algo de valor? ¿Cuánto terreno “sin arar” tiene usted que necesita ser arado en 2015, y hecho útil? El principio de un año nuevo es un tiempo bueno para la revaloración.

Tercero, el Año Nuevo es un tiempo excelente para correcciones de medio curso. Seguramente podríamos fallar en lo que intentamos hacer, pero si dejamos de planear, como dice el viejo refrán, entonces planeamos fallar. Si usted es tan temeroso del fracaso que usted nunca pone metas, usted muy probablemente no hará mucho. El fracaso no es el final. Para la persona que se determina aprender de ello, el fracaso es un amigo. Si usted quiere hablar del fracaso considera al Apóstol Pablo. En toda su vida él estuvo opuesto, perseguido, naufragado, apedreado y dejado por muerto, abandonado por compañeros confiados de trabajo, difamados, y desdeñó. A veces pareció que los proyectos a los cuales él había dedicado años se volvían polvo antes de sus ojos. Pero él no estaba dispuesto a darse por vencido: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14). No me extraña, que él dejo una marca en su mundo. Él dejó de mirar hacia atrás, y puso su vista en lo que estaba adelante. Él no dejó que el miedo del fracaso lo detuviera de intentar otra vez.

No tenga miedo de cambiar. ¡Usted puede cambiar su futuro sólo mientras que usted no resista el cambio! La razón principal por qué la gente resiste el cambio es el miedo; miedo del fracaso, miedo del rechazo, miedo de pérdida y miedo de lo desconocido: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio” (II Timoteo 1:7). La gente resiste el cambio porque están contentos y satisfechos como están las cosas. La mayoría de nosotros queremos quedarnos en la cumbre de la montaña de la victoria de ayer en vez de continuar y crecer. Usted nunca crece en la cumbre de la montaña, pero sólo en pasar por el valle de cambio: “Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques. Irán de poder en poder…” (Salmos 84:6-7).

Algunas personas resisten el cambio porque no entienden lo que Dios quiere hacer en sus vidas. Ellos no pueden ver ninguna necesidad personal del cambio o no ven ninguna ventaja para el cambio. Los hábitos y las tradiciones dificultarán el cambio. El fracaso de dejar nuestra zona de comodidad minimizará cambios y transformaciones en nuestras vidas. Nadie lo ha hecho de esta manera es una queja común de la gente que rechaza cambiar debido a tradición o hábito.

Cuando entramos en el Año Nuevo, ay que hacernos unas preguntas difíciles y enfocar en el propósito de nuestras vidas y ser receptivos a cambios. Recobre su foco en el propósito y plan en su vida. Con la ayuda de Dios usted puede cambiar su futuro.




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