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EDUCATION: Holt High School, Holt Mich., Lansing Community College, Southwestern Theological Seminary, National Apostolic Bible College. MINISTERIAL EXPERIENCE: 51 years of pastoral experience, 11 churches in Arizona, New Mexico and Florida. Missionary work in Costa Rica. Bishop of the Districts of New Mexico and Florida for the Apostolic Assembly. Taught at the Apostolic Bible College of Florida and the Apostolic Bible College of Arizona. Served as President of the Florida Apostolic Bible College. Served as Secretary of Education in Arizona and New Mexico. EDUCACIÓN: Holt High School, Holt Michigan, Lansing Community College, Seminario Teológico Southwestern, Colegio Bíblico Nacional. EXPERIENCIA MINISTERIAL: 51 años de experiencia pastoral, 11 iglesias en los estados de Arizona, Nuevo México y la Florida. Trabajo misionera en Costa Rica. Obispo de la Asamblea Apostólica en los distritos de Nuevo México y La Florida. He enseñado en el Colegio Bíblico Apostólico de la Florida y el Colegio Bíblico Apostólico de Arizona. Presidente del Colegio Bíblico de la Florida. Secretario de Educación en los distritos de Nuevo México y Arizona.

Monday, July 22, 2024

DAME ESE MONTE

Josué 14:6-12

Israel entró en la Tierra Prometida y la conquistó. Josué capítulos 13-14 establece cómo se dividió la tierra entre las tribus. En Josué 14:6 vemos a Caleb acercándose a Josué con una petición. Su petición está registrada en el vers.12; “dame esta montaña” la traducción actual es “dame esta región montañosa” porque Josué no se refería a una sola montaña sino a la región montañosa alrededor de Hebrón.

Hebrón era una ciudad grande antes de que Israel llegara allí. El nombre de esta ciudad era Quiriat-Arba, que significa "la ciudad de Arba". Arba era el bisabuelo (Josué 15:13; 21:11) de todos los Anaceos, los gigantes. Los hijos de Arba podrían haber sido "gigantes" en cuerpo, pero en realidad eran pigmeos. Caleb era el verdadero gigante espiritual; triunfó sobre ellos. Hay un dicho que dice “¡No es el “tamaño del perro” en la pelea, sino el “tamaño de la pelea” en el perro!”

¿Qué hacía Caleb mirando ese cerro? ¿Por qué quería ese lugar? El quería el monte más alto. Ese era su monte. Hebrón fue donde Abraham levantó su primer altar, ahí fue donde Abraham ofreció a Isaac y es el lugar donde David fue ungido.

Sabemos que la montaña física de la que habla Caleb es una analogía de las montañas espirituales que surgen en nuestras vidas. No nos enfrentamos a montañas físicas.

Entendemos que una montaña es un desafío en tu vida. Entendemos que una montaña es cualquier cosa que sea una tarea exigente en tu vida que requiera un esfuerzo o una dedicación especial. Todo el mundo tiene montañas.

Todas estas montañas no son de Satanás. A menudo, cuando tenemos que escalar una montaña alta, Dios está obrando. Creo que Dios pone montañas en nuestras vidas para el crecimiento y la madurez. Dios tiene algunas montañas en tu vida para tu crecimiento y tu madurez. Si Dios está tratando con tu vida tendrás montañas.

Dios declaró que el pueblo vagaría por el desierto durante 40 años hasta que todos los habitantes de la nación de Israel mayores de 20 años murieran. Pero luego hace una declaración sorprendente en Números 14:24: “Pero mi siervo Caleb, porque tiene un espíritu diferente y me ha seguido plenamente, lo introduciré en la tierra a la que fue, y su descendencia la poseerá”. De toda la nación de Israel, sólo Josué y Caleb se salvaron.

Recuerde, Caleb y Josué eran veinticinco años mayores que todos los demás. Eran los grandes ancianos. Josué tenía ahora ochenta y cinco años de edad, y Caleb, más o menos lo mismo, pero el resto del ejército eran jóvenes en comparación.

NUNCA ES DEMASIADO TARDE PARA EMPEZAR

¿Cómo te sientes acerca de envejecer? Muchos de ustedes esperan jubilarse algún día, pero nosotros no esperamos los desafíos de salud que traerá la vejez. ¿Cómo afectará el envejecimiento su servicio al Señor? ¿Continuarás sirviendo fielmente a Dios en cualquier capacidad que puedas, incluso en tu vejez? Caleb había soportado fielmente los 40 años de vagar por el desierto y los 5 años que tomó conquistar la Tierra Prometida (Josué 14:10). Lo que lo sostuvo durante esos 45 años fue su fe en la promesa que Dios le hizo.

Caleb es un gran ejemplo de un siervo de Dios que continúa sirviendo a Dios con entusiasmo y fidelidad incluso en su vejez. No tenía intención de descansar en sus laureles y retirarse de su servicio al Señor. En esta ocasión le dijo a Josué: “Todavía soy tan fuerte hoy como el día que Moisés me envió; Como eran mis fuerzas entonces, así son ahora mis fuerzas para la guerra, tanto para salir como para entrar” (Josué 14:11).

Tengo un gran aprecio por los hermanos mayores que continúan aferrándose a las promesas de Dios y sirviendo fielmente a Dios incluso en la vejez, ya sea como predicadores, maestros, aconsejando a las generaciones más jóvenes o ayudando a limpiar el edificio de la iglesia. A veces, lo único que pueden hacer es simplemente asistir a los servicios, pero alientan a otros con su fidelidad y fe (Hebreos 10:24-25). Otros más están encerrados y físicamente incapaces de asistir a los servicios, pero continúan sirviendo como “guerreros de oración” mientras animan a otros en sus oraciones. Tómese el tiempo para animar a nuestros hermanos mayores como Caleb, que continúan sirviendo fielmente al Señor.

Nunca diga, mi carrera llegó a su fin, ya no ese tiempo. Caleb dijo no habrá gigantes que me puedan detener, no habrá monte que me pueda intimidar. Caleb levantó su bandera de victoria (14:10-11). Más impresionante que su fuerza física, era su fuerza espiritual y su espíritu conquistador. Es cierto que da lástima ver a un anciano que desea hacer algo, pero no puede por su edad y salud, pero más lástima da mirar aquel que teniendo fuerza y salud, siendo joven, no tiene entusiasmo para nada. 

Caleb no se presentó ante Josué reclamando su jubilación. No usó su edad como una excusa para cruzarse de brazos. Tampoco pidió que le entregaran el monte desalojado de sus enemigos. Él dijo sentirse fuerte, quería ir al frente de su ejército, quería conquistar aquella tierra, y disfrutar el fruto de su esfuerzo. 

La verdad es que el hombre sólo se ha detenido por sus autolimitaciones que él se impone, y no tanto por las limitaciones de la vida. Hay muchos que viven hablando siempre negativamente: de la gente, de las injusticias que les hacen; hablan de problemas, de imposibilidades. Muchos viven derrotados, fracasados, deprimidos, y luego se preguntan ¿por qué? Lo que tiene que hacer es, salirse de ese círculo de autocompasión y cambiar de ambiente.

¿QUÉ CONTRIBUYÓ AL ÉXITO DE CALEB?

Caleb fue uno de los doce espías que Moisés envió a reconocer la tierra prometida. Mientras que diez de ellos trajeron noticias que desanimaron al pueblo, Caleb y Josué trajeron noticias positivas. Todos vieron lo mismo pero la diferencia estaba en su actitud. Josué y Caleb hablaron de lo buena que era la tierra y como con la ayuda de Dios, la podrían conquistar. Caleb quería tener la satisfacción de desalojar a los enemigos que ahí se encontraban.

Caleb nunca perdió de vista la promesa de Dios. Muchas personas tienen un corazón dividido que nunca se apropia de las promesas de Dios. Ellos dudan de la realidad de lo que Dios ha prometido, y luego elevan una oración con poca o ninguna expectación de que será contestada. A través de la vida de Caleb encontramos que nunca perdió de vista la promesa de Dios.

Note las vareas veces que Caleb menciona el nombre de Yahweh (el cumplidor de promesas). El nombre Yahweh aparece más de 6.800 veces en el Antiguo Testamento. Aparece en todos los libros excepto en Ester, Eclesiastés y el Cantar de los Cantares.

Caleb era un hombre que ha aprendido a confiar en las promesas de Dios y arriesgar todo su futuro en ellas. Él sabía lo que era tener la ayuda de Dios y confía en que el Señor continuará haciéndolo. Esta es una fe triunfante y poderosa antes del evento. Suena a jactancia, pero es fe presumiendo del poder de Dios para cumplir sus promesas.

La dedicatoria más maravillosa que pudiera ser escrito acerca de una persona es que: anduvo fielmente delante del Señor. Las Escrituras afirman una verdad sencilla: “De acuerdo a tu fe te será concedido.” (Mat. 9.29). Existe una manera definida en la cual Dios responde a nuestra fe. Mientras más dispuesto estés a creer en Él, El estará más dispuesto a actuar en tu favor. La Biblia también nos recuerda que “sin fe es imposible agradar a Dios.” (Heb. 11:6).

Cuenta una historia de un incidente en la vida del Napoleón. Napoleón había tomado una isla en el mar Mediterráneo. Después de la captura de la isla, Napoleón y sus generales se reunieron para una celebración. Mientras estaban reunidos fueron interrumpidos por un joven oficial.

Napoleón lo miró y le dijo: “¿Qué quieres?” El joven oficial miró a Napoleón y le dijo, “Dame esta isla.” Los generales comenzaron a reír. No podían creer que era lo suficientemente intrépido como para pedirle a Napoleón lo que tanto les había costado ganar. Ellos pensaron dentro de sí: ¿Quién piensa éste que es? Alguien con la audacia para hacer tal petición a Napoleón estaba ciertamente arriesgando su vida. Pero Napoleón miró a uno de sus ayudantes y pidió papel y pluma. Escribió sobre el papel, lo firmó y lo entregó al joven, dejando a sus generales asombrados. ¿Cómo pudiste hacerlo? Le preguntaron los generales a Napoleón. “¿Qué hizo a éste que fuera digno para recibir esta gran isla?” Le di esta isla, dijo Napoleón, “porque me honró con la magnitud de su pedido.” Nosotros también debemos honrar a Dios por medio de la magnitud de nuestras peticiones.

La Biblia promete, “y esta es la confianza que tenemos en El...” 1 Juan 5:14-15. La confianza se define como: la esperanza firme que se tiene en algo o alguien. Caleb confiaba en Dios y en que cumpliría su promesa, todos esos años que pasaron no le hicieron cambiar de opinión, esperaba en Dios sin importar las circunstancias o el tiempo.

Caleb era una persona con valor, era alguien con coraje y valentía. El ya tenía 85 años, habían pasado 45 años desde que Dios le hizo una promesa. Por si fuera poco su edad, el obstáculo que se interponía entre su promesa y el, eran gigantes (los hijos de Anac); él sabía que tenía que enfrentarlos, pero eso no le causaba temor. Los instrumentos normales de guerra son lanzas, espadas y escudos. Pero esto no serviría de nada contra los gigantes. Caleb necesitaba usar las armas de Dios…. Fe (Hebreos 11:30; Zacarías 4:6). Hebreos 3:19 nos dice que la razón por la que los israelitas no pudieron entrar a la Tierra Prometida la primera vez fue por su falta de fe.

LOS PASOS QUE TOMAR  

Caleb sabía exactamente lo que quería. Él no llegó a Josué con peticiones vagas. El declaró específicamente que estaba dispuesto a hacer todo lo que fuera necesario para conquistar la montaña. Muchas personas oran por generalidades en vez de pedir específicamente. Si usted tiene una necesidad, identifique claramente su necesidad, y exprésele a Dios.  

Él se enfocó en lo que Dios le había prometido. A pesar de que había tenido que esperar 45 años, Caleb nunca perdió la esperanza de lo que se le prometió. Su corazón seguía latiendo, esperando el día cuando este lugar sería suyo. El sabía que la promesa sería cumplida porque él sabía quién la había hecho. Si Dios le ha hecho una promesa a usted, entonces usted tiene toda la razón para creer que será cumplida, no importa el tiempo. Cuando Dios cumpla Sus promesas, darás un paso adelante como Caleb y dirás: "Ahora dame mi montaña".

Caleb siguió al Señor "de todo corazón". ¡Qué testimonio! Tres veces en el capítulo 14 de Josué leemos que Caleb seguía fielmente al Señor (vv. 8,9, 14). La dedicación de Caleb a Dios fue completa, inquebrantable e interminable. Muchas veces seguimos al Señor principalmente, o cuando nos conviene. Pero cuando las cosas se ponen difíciles y debemos apoyarnos en la fe en lugar de la vista, nos resistimos. El miedo aparece y seguimos nuestros temores en lugar de nuestra fe. “Es, pues, la fe la certeza (substancia) de lo que se espera, la convicción (la evidencia) de lo que no se ve.” (Hebreos 11:1)

No te preocupes por el gigante, no mires su fuerza ni lo grande de su estatura, no temas a esas montañas por grandes que sean. Dios nos dice: “No te preocupes por ese problema ni por su tamaño, preocúpate de seguirme fielmente”. Es necesario fijar nuestra atención en Cristo y hacer lo siguiente:  

1. Actuar decisivamente. Debes tomar la iniciativa para conseguir lo que quieres.

2. Tener un plan. Nunca llegarás a tu destino si no sabes a dónde vas.

3. Confiar en el poder de Dios. Fil. 4:13. Dios está interesado en tu vida.

Un gigante es cualquier cosa que se interponga entre usted y el plan de Dios para usted. Un gigante es cualquier cosa que parezca más grande que tú y tu deseo de servir al Señor.

Los gigantes detienen el progreso del pueblo de Dios.

1. Primero tenemos “Gigantes en la tierra” (Génesis 6:4).

2. Lo siguiente que sabes es que tienes un “valle de gigantes” (Jos. 15:8)

3. Ese valle pronto se convertirá en una “tierra de gigantes” (Deuteronomio 3:13).

¡LOS GIGANTES NO DESAPARECEN; HAY QUE ENFRENTARLOS Y DERROTARLOS!

 

 

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