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EDUCATION: Holt High School, Holt Mich., Lansing Community College, Southwestern Theological Seminary, National Apostolic Bible College. MINISTERIAL EXPERIENCE: 51 years of pastoral experience, 11 churches in Arizona, New Mexico and Florida. Missionary work in Costa Rica. Bishop of the Districts of New Mexico and Florida for the Apostolic Assembly. Taught at the Apostolic Bible College of Florida and the Apostolic Bible College of Arizona. Served as President of the Florida Apostolic Bible College. Served as Secretary of Education in Arizona and New Mexico. EDUCACIÓN: Holt High School, Holt Michigan, Lansing Community College, Seminario Teológico Southwestern, Colegio Bíblico Nacional. EXPERIENCIA MINISTERIAL: 51 años de experiencia pastoral, 11 iglesias en los estados de Arizona, Nuevo México y la Florida. Trabajo misionera en Costa Rica. Obispo de la Asamblea Apostólica en los distritos de Nuevo México y La Florida. He enseñado en el Colegio Bíblico Apostólico de la Florida y el Colegio Bíblico Apostólico de Arizona. Presidente del Colegio Bíblico de la Florida. Secretario de Educación en los distritos de Nuevo México y Arizona.

Thursday, December 5, 2024

NUESTRO COMPROMISO A LA FAMILIA

Josué 24:15

La familia es una institución fundamental y universal que ha existido a lo largo de la historia. Cumple numerosos papeles y funciones vitales esenciales para desarrollar y mantener una sociedad sana y estable. La primera familia se formó. Antes de que se hiciera el Tabernáculo, antes del establecimiento de la iglesia, Dios instituyó la familia.

El concepto de familia es extremadamente importante en la Biblia. El concepto de familia fue introducido en el principio mismo, como vemos en Génesis 1:28, "Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra". El plan de Dios para la creación era que los hombres y las mujeres se casaran y tuvieran hijos. Un hombre y una mujer formarían una unión de "una sola carne" a través del matrimonio (Génesis 2:24), y ellos con sus hijos se convertirían en una familia, el bloque de construcción esencial de la sociedad humana.

También vemos desde el principio que los miembros de la familia debían cuidarse unos a otros. Cuando Dios le preguntó a Caín: "¿Dónde está Abel tu hermano?". La respuesta de Caín es la frívola: “¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?”. La implicación es que, sí, se esperaba que Caín fuera el guardián de Abel y viceversa.

Una de las funciones más cruciales de la familia es brindar apoyo emocional y físico a sus miembros. Los miembros de la familia se ofrecen amor, cuidado y ayuda entre sí, fomentando la seguridad y la estabilidad emocional. Dentro de la familia, los individuos aprenden habilidades esenciales para la vida, como la resolución de problemas, la comunicación y las habilidades interpersonales que los ayudan a desenvolverse en sus vidas y relaciones con los demás.

Otro papel vital de la familia en la sociedad es transmitir valores y tradiciones culturales. Las familias a menudo transmiten valores y tradiciones religiosas, morales y éticas de generación en generación. Estos valores y tradiciones compartidos contribuyen a la cohesión y estabilidad generales de la comunidad en general.

La familia también desempeña un papel vital en la socialización y educación de los niños. Los padres sirven como maestros primarios y modelos a seguir para sus hijos, enseñándoles las habilidades y valores necesarios para la vida en sociedad. Los padres también brindan oportunidades para que los niños aprendan en un ambiente seguro y enriquecedor, lo cual es esencial para su desarrollo saludable.

LAZOS FAMILIARES:

El esposo y padre, esposa y madre, y los hijos, estos son los hilos que comprenden una familia. Tal como cada miembro de la familia se mezcla en la armonía de la unidad entera, un cuadro asombroso de la gracia, amor, y misericordia de Dios surge. En cuanto cada miembro contribuye su parte y cumple su papel, un milagro de fortaleza se forja.

LA UNIÓN DEL MATRIMONIO

El matrimonio es mucho más que dos individuos repitiendo votos en frente de un ministro. Es un escenario sobre que algo creativo sucede, algo que solo Dios puede desempeñar. Cuando Eva fue traída por primera ves a Adán, él dijo, “Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada...y serán una sola carne” (Gén. 2:23-24). Estos dos individuos diversos fueron soldados juntos en un ser santo en la vista de Dios.

LA CASA LLEGA A SER UN HOGAR

Una casa puede contener ladrillo, mortero, y madera, pero los elementos que constituyen un hogar son el amor, paz, comprensión, seguridad, unidad, y confianza. El esposo de la mujer virtuosa mencionado en Proverbios 31:11 confía en ella. La confianza es necesaria para que una casa llegue a ser un hogar.

LOS  HIJOS  AGREGAN  UNA  DIMENSIÓN  NUEVA

Verdaderamente los hijos son el más grande de los valores terrenales. Ellos son una extensión del hogar, la influencia de familia, y la relación familiar con Dios. El salmista declaro que los hijos traen felicidad. Ligado al corazón de nuestros hijos están las cosas en la vida que realmente son importantes: felicidad, seguridad, influencia, auto-estima, y fortaleza. Tal bendición son los hijos al hogar que Jesús usó el carácter de niños para ilustrar como los adultos deberían conducirse en el reino de Dios (Mateo 18:3-6).

MANTENIENDO RAÍCES FAMILIARES

En estos últimos días nos encaramos con una sociedad inestable que severamente ha puesto mucha presión en los hogares. Esta inestabilidad es muy obvia en hogares donde el Señor es ausente y, consiguientemente, no hay principios espirituales unificadores sobre que la familia se construye.

Desafortunadamente no es solamente en los hogares en que Dios no es incluido que sufre de estas problemas comunes. Muchas de las mismas presiones han venido afectar el hogar Cristiano también. Muchas madres Cristianas también han tenido que trabajar, por elección o por la necesidad, y el hogar frecuentemente sufre la tensión que resulta de esta decisión. Qué gozo es para los niños a regresar a su casa de la escuela y ser recibidos por una madre amante quien ha estada ocupada trabajando y orando para que un hogar limpio, cómodo y piadoso los espera. Allí ellos encontrarán paz, armonía, seguridad, y amor.

Por más ocupados que estén, cada familia debería proveer tiempo durante cada día para estar juntos. La armonía y raíces familiares no son establecidas y mantenidas por notas dejadas sobre la puerta del refrigerador o la mesa.

VALORES FAMILIARES:

La mayor parte de nuestra vida se pasa bajo la influencia del hogar. La escuela, la iglesia, y el trabajo afectan a los hijos en una gran manera, pero todo ellos combinados no deberían ser capaces de  superar  la influencia del hogar. Los valores de un niño se fijan en el hogar. Las cosas que él ama y odia, las cosas que él disfruta y detesta, las cosas a las cuales él se rinde o resiste todo esto es establecido en el hogar.

UNIDAD

Uno de los grandes instintos del hombre es el deseo de pertenecer. La unidad que un hogar cristiano cría cumple este deseo. En el Salmo 68:6 el salmista escribió, “Dios hace habitar en familia a los desamparados.” Dios reconoce la necesidad humana innata que una persona pertenezca a algo más grande que sí mismo. En esos tiempos que la familia esta junta, deberían incluir siempre tiempo para la oración. Se ha dicho que, “La familia que ora juntos permanecen unidos.” ¡Que verdad, y cuan necesitado esta en nuestras familias cristianas y el mundo de hoy!

OPORTUNIDADES

El hogar es como un observatorio donde cada uno aprendemos del otro, no solo por lo qué oíamos pero también por lo que vemos. El hogar nos brinde la más grande oportunidad de influir espiritualmente a nuestros hijos para el bien. El hogar es la escuela más grande de Dios. Cada miembro de la familia es a veces el estudiante y a veces el profesor.

EL CUIDADO

El fundamento de un buen hogar debe incluir amor. Pedro amonestó a los primeros Cristianos que tuvieran ferviente amor entre ellos (I Pedro 4:8). En ninguna otra parte debe este ferviente e inagotable amor ser más evidente que en nuestros hogares. Las epístolas están llenas de instrucciones con respecto a nuestra relación con otros miembros del cuerpo de Cristo. Frecuentemente nos olvidamos que estos mismos principios se aplican a nuestra familia terrenal también. Se nos enseña a:

1. Dar hospitalidad uno a otro sin murmurar (I Pedro 4:9).

2. Amaos los unos a los otros con amor fraternal (Romanos 12:10).

3. Honorablemente preferir los unos a los otros (Romanos 12:10).

4. Ser benignos unos con otros (Efesios 4:32).

METAS FAMILIARES:

Josué levanto una meta y norma fuerte para su familia cuando él proclamó, “Pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” Es importante que una familia tenga dirección definitiva.

EVALÚE LA POSICIÓN ACTUAL

Hay muchas preguntas que deben contestarse. Cada miembro de familia debería preguntarse:

1. ¿Esta Dios en el centro de las decisiones de esta familia?

2. ¿Se le permite a Dios que dirigía esta familia según Su voluntad y propósito?

3. ¿Contribuye cada miembro de la familia positivamente a la armonía del hogar?

4. ¿Se retendrá nuestra estructura financiera actual en los meses y años por venir?

FIJANDO METAS DE LARGO Y CORTO PLAZO

Una vez que los miembros de la familia han determinado sus necesidades, pueden ahora considerar para donde quieren ir de aquí. Y una vez que ellos han decidido sus metas, ¿como podrán llegar a estas metas? Algunas metas son necesariamente metas de largo plazo. Por lo tanto, es importante fijar una serie de metas a corto plazas que conducirán a las metas finales.

METAS ESPIRITUALES PARA LA FAMILIA

Planificación para jubilarse, una vacación, o comprar un caro nuevo es excitante para cualquier familia. Sin embargo, la relación de la familia  con Dios debería ser la más grande prioridad. El corazón del hogar debe palpitar en armonía con el corazón de Dios. Esto solo se logra cuando los deseos de Dios llegan a ser nuestros y que los perseguimos con toda diligencia.

NUESTRO HIJO REPRESENTA EL FUTURO

Los padres judíos reconocen que cada niño representa el futuro judío, y eso ha intensificado el aprecio de la comunidad por los niños, quienes no solo son amados, sino también apreciados. (Deut. 6:4-9)

La biblia nos dice que los hijos son un don de Dios (Salmo 127:3). Es la responsabilidad de los padres formarlos correctamente. De hecho, el valor que Dios ha puesto cuando le enseñamos a nuestros hijos la verdad, se trata claramente por Moisés cuando le enfatizó a su pueblo la importancia de enseñar a sus hijos acerca del Señor, de Sus mandamientos y leyes (Deut. 6:4-9).

Los padres deberían tener el mismo celo que Moisés tuvo para enseñar a sus hijos. A los padres se les ha dado el privilegio de ser guardianes de la vida de sus hijos durante un período de tiempo muy corto, aunque la enseñanza y la formación que ofrecen son eternas. De acuerdo a los principios de los proverbios, un niño que es diligentemente entrenado en el "camino que debe seguir", probablemente permanecerá fiel a ese camino en esta vida y cosechará sus frutos en la vida venidera. (Prov. 22:6)

EL ORDEN DE DIOS PARA LA FAMILIA

La clave para un buen matrimonio es la comunicación abierta y honesta, es decir, la transparencia mutua.

Ef. 5:21-25: El simple hecho de que la Biblia le diga a la esposa que respete a su esposo no significa que esto sea algo que se dé de manera natural. Cuando a una esposa se la da por sentada o se la maltrata en el matrimonio, especialmente en forma de abuso, no tiene por qué respetar a su esposo por ello.

De la misma manera, la confianza debe ganarse si se ha roto. El respeto también debe ganarse y no simplemente concederse. Una mujer no tiene por qué admirar rasgos de carácter que no estén en harmonía con Dios o su voluntad.

Los hijos deben honrar a sus padres, independientemente de si sus padres "merecen" o no honor. Dios nos exhorta a honrar al padre y a la madre. Valora honrar a los padres lo suficiente como para incluirlo en los Diez Mandamientos (Éxodo 20:12) y nuevamente en el Nuevo Testamento: "Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te vaya bien y tengas larga vida en la tierra" (Efesios 6:1-3). Honrar a los padres es el único mandamiento en las Escrituras que promete una larga vida como recompensa.

Aquellos que honran a sus padres son bendecidos. En contraste, los que tienen una "mente depravada" y los que exhiben impiedad en los últimos días se caracterizan por la desobediencia a los padres (Romanos 1:30; II Timoteo 3:2).

La forma en que respetamos a nuestros padres dice mucho sobre cómo mostramos respeto a Dios. Honrar a nuestro padre y a nuestra madre nos enseña a honrar mejor a Dios.

DE GENERACION A GENERACION  (Josué 4:21-24, Jueces 2:10-12)

Nosotros, como padres, tenemos la responsabilidad de llevar la verdad de Dios y asegurarnos de que se transmita a la siguiente generación (Salmo 102:18). Tenemos la obligación de transmitir las historias de lo que Dios hizo por nosotros (Salmo 71:18). Dios nos hace responsables del desarrollo espiritual de nuestros hijos.

Nuestros hijos esperan de nosotros las respuestas. Cuando te pregunten: “¿Qué significan estas piedras?”, ¿qué les dirás? El cristianismo siempre está a solo una generación de la extinción. Y cada iglesia está a solo una generación de cerrar. Si no transmitimos nuestra fe a la nueva generación, habremos fallado en nuestra tarea más importante.

Josué no estaba preocupado por su generación, estaba mirando hacia el futuro, pensando en el legado de fe que transmitiría a la siguiente generación.

Una generación es aquel grupo de personas que siguen de sus antepasados o el tiempo de espacio entre los padres y sus hijos.

Este verso une la generación de los padres que trajeron a los hijos de Israel a la tierra prometida con la generación de sus hijos que vivieron en la tierra prometida. La generación que se levantó no conocía de Dios y no conocían las obras que él había hecho por Israel.

Conocer a Dios va más allá de oír hablar de Dios a experimentar a Dios. Es el tipo de conocimiento que viene a través de andar con Dios. La falta de la siguiente generación del conocimiento de Dios y sus obras es una acusación de sus padres.

Cuánto sabemos acerca de Dios depende en gran medida de la fundación recibida de nuestros padres y cuánto sabrán nuestros hijos depende de cuán bien les enseñamos. Si nuestros hijos continuaran nuestra fe, deberíamos invertir el tiempo para instrúyelos y exponiéndolos a las cosas de Dios. Es un error asumir que nuestros hijos seguirán automáticamente nuestra fe si no los exponemos al servicio de Dios a medida que crecen hasta la edad adulta (Proverbios 22:6).

Conceptos erróneos:

1. Los hijos captarán nuestros valores espirituales simplemente por estar cerca de sus padres y de la Iglesia. Si bien es cierto que los valores se transmiten más de lo que se enseñan, si no somos intencionales en enseñar el por qué detrás del valor, es posible que no comprendan por qué es importante la fe. Y seamos honestos como padres, nuestros hijos no siempre ven nuestro mejor lado; pueden captar los valores equivocados, que se manifiestan en nuestros momentos de debilidad.

2. Es el trabajo de los profesionales; para eso está la iglesia. Algunos padres se apartan del juego, sintiendo que su falta de conocimiento o sus errores previos los descalifican para ser la principal influencia espiritual en la vida de sus hijos. Sin embargo, si usted sabe lo suficiente del Evangelio para creer en Jesucristo como su Salvador, entonces sabe lo suficiente para comenzar a influenciar a sus hijos para que también crean en Jesús. Y la realidad es que usted está mucho más presente en la vida de su hijo de lo que cualquier líder de la iglesia puede esperar estar.

3: No vale la pena el esfuerzo. Es cierto que la adolescencia es una etapa de transición hacia la independencia, que puede generar resistencia y rebelión contra los deseos de los padres.

Oportunidades abundan para un hombre y mujer quien se une en matrimonio. Ellos tienen la oportunidad de forjar un hogar fuerte que se funda sobre valores eternos. Ellos tienen la oportunidad de criar hijos que reflejarán su consagración y trae bendición a la causa de Dios.

La familia es una institución vital que brinda apoyo emocional, transmite valores y tradiciones culturales, educa a los niños y sirve como base para comunidades saludables y estables. Al reconocer los papeles y funciones de la familia, podemos apreciar mejor la importancia de nutrir y apoyar la unidad familiar y promover relaciones familiares saludables.

 

    

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