About Me

My photo
EDUCATION: Holt High School, Holt Mich., Lansing Community College, Southwestern Theological Seminary, National Apostolic Bible College. MINISTERIAL EXPERIENCE: 51 years of pastoral experience, 11 churches in Arizona, New Mexico and Florida. Missionary work in Costa Rica. Bishop of the Districts of New Mexico and Florida for the Apostolic Assembly. Taught at the Apostolic Bible College of Florida and the Apostolic Bible College of Arizona. Served as President of the Florida Apostolic Bible College. Served as Secretary of Education in Arizona and New Mexico. EDUCACIÓN: Holt High School, Holt Michigan, Lansing Community College, Seminario Teológico Southwestern, Colegio Bíblico Nacional. EXPERIENCIA MINISTERIAL: 51 años de experiencia pastoral, 11 iglesias en los estados de Arizona, Nuevo México y la Florida. Trabajo misionera en Costa Rica. Obispo de la Asamblea Apostólica en los distritos de Nuevo México y La Florida. He enseñado en el Colegio Bíblico Apostólico de la Florida y el Colegio Bíblico Apostólico de Arizona. Presidente del Colegio Bíblico de la Florida. Secretario de Educación en los distritos de Nuevo México y Arizona.

Monday, October 28, 2024

EL PERDÓN ES INDISPENSABLE


El tema del perdón en la Biblia es extenso. Y sin embargo, muchos cristianos luchan por poner en práctica lo que dice la Biblia. La realidad es que el perdón es difícil. Pero, aunque es difícil, el perdón también nos ofrece un camino hacia una vida mejor.

El perdón es un tema central en la Biblia. El perdón es un mensaje clave en casi todos los libros. Los cristianos están llamados a perdonar a los demás, como Dios nos perdona a nosotros. Pero, ¿qué dice exactamente la Biblia sobre el perdón? La Biblia nunca da una definición del perdón, pero nos muestra muchos ejemplos de él. El mayor de todos los ejemplos es el perdón de Dios (Salmo 103:8-12).

En pocas palabras, perdonar es dejar ir los males que nos han hecho. La Biblia no se detiene allí. El perdón no solo se nos da a nosotros. Estamos llamados a perdonar a quienes nos rodean. Nuestro perdón a quienes han pecado contra nosotros es un reflejo del perdón de Dios a nuestros pecados. Los versículos bíblicos sobre el perdón se dividen en dos categorías, Dios nos perdona y nosotros perdonamos a quienes nos rodean.

Un Cambio De Actitud En El Corazón Y La Reconciliación De Las Relaciones:

La Biblia define el perdón como el acto de perdonar las ofensas y dejar ir el resentimiento hacia alguien que nos ha hecho daño. Implica un cambio de actitud en el corazón y la voluntad de reconciliar las relaciones rotas. Hace hincapié en responder a las malas acciones con misericordia en lugar de venganza (Mateo 6:14-15). En lugar de exigir justicia o pago por las ofensas contra nosotros, liberamos al ofensor de la culpa y de la deuda que nos debe. Como dice Colosenses 3:13: “Soportaos unos a otros y perdonaos unos a otros si alguno tiene queja contra otro. Así como Cristo os perdonó, así también perdonad”. Esto hace eco de la enseñanza de Cristo de que debemos perdonar “setenta veces siete” (Mateo 18:21-22).

El perdón va más allá de simplemente perdonar a alguien externamente. El verdadero perdón también implica un cambio interno en el corazón en la forma en que vemos a la persona. Según Efesios 4:31-32, debemos “desechar toda amargura, enojo, ira, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean amables y misericordiosos unos con otros, perdonándose unos a otros, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo”.

En lugar de seguir viéndolos negativamente como un “enemigo”, nuestro objetivo es tener compasión. Si bien no toleramos su mala conducta, reconocemos su humanidad y esperamos su arrepentimiento y restauración. Como Jesús oró desde la cruz: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34).

Lo ideal es que el perdón conduzca a la reconciliación y a la restauración de la relación entre las dos partes una vez que haya arrepentimiento y se restablezca la confianza. Sin embargo, incluso si el ofensor continúa haciendo el mal sin arrepentirse, o la reconciliación no es posible, aún estamos llamados a perdonar (Lucas 17:3-4). Como declaró Cristo: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mateo 5:7).

El perdón trae libertad tanto al ofendido como al ofensor. Para el ofendido, elegir perdonar en lugar de tomar represalias o vivir en la amargura nos permite dejar atrás el dolor emocional y seguir adelante. Para el ofensor, recibir el perdón abre la puerta a la sanación, el arrepentimiento y la reconciliación en lugar de la condenación.

El perdón también implica dejar de lado internamente la amargura, el resentimiento y los deseos de venganza. Tomamos la decisión consciente de no detenernos en la ofensa ni exigir una compensación. Como explica Romanos 12:19: “No os venguéis, mis queridos amigos, sino dejad lugar a la ira de Dios”.

Las Enseñanzas De Jesús Sobre El Perdón:

En los Evangelios, Jesús enfatiza repetidamente la importancia de perdonar a los demás. Enseña que Dios nos perdona generosamente, por lo que también debemos perdonar a los demás de la misma manera. Por ejemplo, en Mateo 6:14-15, Jesús dice: “Porque si ustedes perdonan a los demás sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a los demás sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará sus ofensas”. Aquí, Jesús establece una conexión directa entre el perdón de Dios hacia nosotros y nuestro perdón hacia los demás.

Jesús usa parábolas para ilustrar aún más este punto. En Mateo 18:21-35, cuando Pedro pregunta cuántas veces debe perdonar a su hermano, Jesús responde con la parábola del siervo despiadado. El siervo de la historia recibe el perdón de una gran deuda de su amo, pero se niega a perdonar una deuda mucho más pequeña que le debía otro. Jesús concluye: “Así es como mi Padre celestial tratará a cada uno de ustedes si no perdonan de corazón a su hermano”. Esto pone de relieve que debemos perdonar a los demás para recibir el perdón de Dios.

El Perdón Requiere Admitir Las Faltas Cometidas:

Un componente clave del verdadero arrepentimiento es admitir los pecados y las malas acciones. A muchas personas les cuesta decir “lo siento” o reconocer las formas específicas en las que han cometido errores. Sin embargo, la Biblia nos llama a confesar nuestros pecados abierta y transparentemente a los demás y a Dios (Santiago 5:16; 1 Juan 1:9).

El perdón comienza por asumir la responsabilidad por el daño que hemos causado con nuestras palabras, acciones o actitudes. Jesús perdonó a muchos, pero siempre les dijo: “Vete y no peques más” (Juan 5:14).

Consejos para admitir las faltas cometidas a fin de buscar el perdón:

1. Sea específico acerca de la ofensa en lugar de hacer una disculpa general.

2. Utilice declaraciones en primera persona como “No debería haber…” en lugar de desviar la culpa.

3. Valide los sentimientos de la persona si la ha herido u ofendido.

4. Asegúrele que tomará medidas para evitar repetir la ofensa en el futuro.

5. Pregúntele qué puede hacer para enmendar sus acciones.

Perdonar A Los Demás Que Se Arrepienten:

Así como Dios está dispuesto a perdonar a quienes se arrepienten, también debemos estar listos y dispuestos a perdonar a quienes se disculpan sinceramente y buscan enmendar el daño (Mateo 6:14-15). Esto puede ser muy difícil, especialmente cuando las ofensas son profundas. Pero aferrarse a la amargura y el resentimiento solo nos lastima a nosotros, no a quien le ofendió. Cuando las personas se arrepienten, debemos procurar restaurar la relación en lugar de exigir un castigo.

Principios bíblicos para perdonar a quienes expresan remordimiento y arrepentimiento:

1. Recuerda cuánto te ha perdonado Dios (Mateo 18:21-35).

2. Ora para que tengas la fuerza y ​​la gracia para perdonarlos.

3. Deja de lado el derecho de buscar venganza o exigir justicia tú mismo.

4. Desea lo mejor para la persona que te hizo daño.

5. Esté dispuesto a comenzar a reconstruir la confianza y restaurar la relación.

El arrepentimiento genuino abre la puerta al milagro del perdón y la reconciliación. Así como Cristo nos ha perdonado, también nosotros debemos perdonar a los demás de corazón (Efesios 4:32).

Perdonar Y Olvidar:

A menudo escuchamos la frase perdonar y olvidar, y esto puede ser engañoso. Como respuesta a esta frase, a veces escuchamos: “Perdonaré, pero nunca olvidaré”. Perdonar y olvidar no significa que una persona que ha sido agraviada desarrolle algún tipo de amnesia. Una persona que ha sido abusada nunca olvidará lo que sucedió. Una persona que ha sufrido a causa de un cónyuge adúltero siempre recordará esa experiencia. Sin embargo, es posible que cada una de estas personas contra las que se ha pecado perdone y también olvide, siempre que se tenga en cuenta la definición bíblica de olvidar.

En la Biblia, recordar y olvidar no tiene que ver con la retención de información en el mente. En Génesis 8:1, después del diluvio, “Dios se acordó de Noé”. ¿Acaso esto implica que por un tiempo Dios se había olvidado de Noé, y luego un día se acordó de él? No, el concepto bíblico de recordar tiene que ver con “elegir actuar”, y olvidar significa “negarse a actuar” sobre la base de algo. Cuando la Biblia dice que Dios “se acordó” de Noé, significa que Dios eligió actuar en nombre de Noé y envió un viento para ayudar a que las aguas retrocedieran más rápidamente. Dios promete que, bajo el Nuevo Pacto, “perdonaré su maldad y no me acordaré más de sus pecados” (Jeremías 31:34; Hebreos 8:12; 10:17). Dios no olvida que las personas han pecado, pero, cuando perdona, elige no actuar sobre la base de esos pecados. Es similar al sentimiento expresado en 1 Corintios 13:5 donde “el amor no guarda rencor”. En la frase perdonar y olvidar, los dos términos son realmente sinónimos. Ambos significan que la persona que ha perdonado no seguirá guardando rencor contra el ofensor ni lo tendrá en cuenta en interacciones futuras. Una persona puede recordar que sucedió, pero puede elegir no actuar en consecuencia, es decir, olvidar según la Biblia.

Preguntas para reflexionar en relación con el perdón:

1. ¿He confesado mi pecado y he recibido el perdón de Dios?

2. ¿Hay alguien contra quien he pecado y a quien debo pedir perdón?

3. ¿Hay alguien que ha pecado contra mí y me ha pedido perdón, pero yo me he negado a perdonar?

4. ¿Hay alguien a quien le guardo rencor por errores pasados?

5. ¿Estaría dispuesto a perdonar si el ofensor me lo pidiera?

 

No comments:

Post a Comment