Hechos 17:31, Hebreos 9:27
Hebreos 6:1-2 menciona, entre los rudimentos de la doctrina de Cristo, el juicio eterno. Existe certeza en las Escrituras sobre el juicio de Dios. Lo primero que debemos entender sobre el juicio final es que es inevitable. Independientemente de cómo interpretemos las Escrituras, “está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después de esto, el juicio” (Hebreos 9:27). Todos tenemos una cita divina con nuestro Creador.
En el juicio eterno, Dios decide la recompensa o el castigo de una persona por toda la eternidad. Según Hebreos 6:2, tenemos una sentencia o veredicto que tiene el efecto de pronunciar el resultado del juicio de las personas, ya sea para vida eterna (1 Juan 5:11; Juan 3:36; 6:54; 10:28) o para muerte eterna (2 Tesalonicenses 1:8-9; Hebreos 10:26-27; 9:27).
Dios dice que las
personas tendrán que rendir cuentas por todas sus obras, incluyendo nuestros
pecados secretos. Incluso las palabras que hemos pronunciado serán juzgadas
(Eclesiastés 11:9; 12:14; Mateo 12:36; Lucas 12:3; 1 Corintios 4:5). La Biblia describe el juicio final como un momento
en el que todos los individuos rendirán cuentas de sus acciones. Forma parte de
la restauración y el cumplimiento definitivos del reino de Dios. Enfatiza la
seriedad de las decisiones morales y la esperanza de la justicia divina.
LA CERTEZA DEL JUICIO:
El apóstol Pablo nos declara la certeza del juicio eterno en Hebreos 9:27: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”, es decir, hay una certeza del juicio de Dios para nosotros en las escrituras. Jesucristo se sentará un día en el trono para juzgar, pues El es el juez de la humanidad. Hechos 10:42 dice que “él es el que Dios ha puesto por juez de vivos y muertos” y Pablo lo confirma al decir “en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres (Romanos 2:16). Todos tendremos un juicio, sea en el Tribunal de Cristo o en el Gran Trono Blanco.
Si algo es seguro en la escritura es que todos, sin excepción, un día estaremos frente a Dios, ese día es el día del juicio. No importa de qué generación o dispensación sea la persona, estaremos todos frente a Dios para ser juzgados. No debemos pensar que el juicio eterno no es para determinar si vamos a ser salvos o no. Desde el momento que morimos ya hemos decidido nuestro destino, sea salvación o perdición de nuestra alma.
Al morir vamos a un lugar temporal, los que son de Cristo irán al cielo y los impíos irán al infierno para esperar la resurrección. Hay muchos grupos religiosos y a un hermanos, que creen que cuando la persona muere su alma permanece en un estado inconsciente de “sueño del alma” hasta la resurrección. Hay otros que enseña que todos los que mueren van al purgatorio. Si somos salvos participaremos de la primera resurrección, el rapto. Pero si nuestra alma se pierde tendríamos parte en la segunda resurrección.
EL TRIBUNAL DE CRISTO: (II Corintios 5:10; Romanos 14:10-12)
¿Cuál es la finalidad y quiénes estarán en este juicio? Todo creyente compareceremos ante el tribunal de Cristo. En el tribunal serán juzgados los creyentes, debemos tener presente que este juicio no es por los pecados; todos los que son juzgados ya son salvos y estarán por toda la eternidad con Dios.
La palabra tribunal utilizada en II Corintios 5:10 viene del griego Bema que significa tribunal o, un trono. El tribunal de Cristo indica un juicio de los creyentes después del rapto de la iglesia. El juez en este tribunal es Jesucristo y es quien determina las recompensas para cada uno de los creyentes conforme a sus obras.
La Bema era una plataforma elevada donde se colocaban los atletas que habían salido victoriosos para recibir su corona o premio. Se emplea como un lugar de juicio en Matero 27:19, pero en Corintios usa la analogía de los atletas en una plataforma. Los corintios tenían estas plataformas, tanto para galardonar a sus atletas como también para impartir justicia (Hechos 18:12-16).
Los santos
resucitados ayudarán a juzgar al mundo. Así como estamos siendo juzgados ahora,
juzgaremos a quienes vivan y mueran a lo largo del Milenio. También juzgaremos
a los ángeles que se rebelaron contra Dios bajo Lucifer (1 Corintios 6:3; 2
Pedro 2:4; Judas 6; Isaías 14:12-15).
Todo lo que haga el creyente en el cuerpo tendrá consecuencias eternas, y cuando se nos dice que sea bueno o malo lo que el creyente haga, no se refiere a un sentido moral, se refiere a obras de valor eterno y que recibirán una recompensa en el tribunal de Cristo.
OBRAS DIGNAS DE RECOMPENSA Y OBRAS QUEMADAS: (1 Corintios 3:11-15)
En este Capítulo, el apóstol Pablo está hablando sobre cómo el creyente puede sobreedificar sobre el fundamento, el cual es Cristo. También menciona que el fuego probará las obras de los hombres y separará por calidad, forma, tipo cada una de estas obras.
JESÚS DETERMINARÁ LAS OBRAS DIGNAS DE RECOMPENSA:
ORO
El oro está relacionado con el carácter que se forma en el creyente en el horno de la aflicción o tribulación, tiene que ver con nuestra experiencia en la prueba de nuestra fe y paciencia. Estas obras resultan de lo que se ha tratado en nuestra vida mediante la prueba de nuestra fe (1 Pedro 1:7; Job 23:10; Apocalipsis 3:18).
PLATA
La plata tiene que ver con la purificación del creyente producto del refinamiento que Dios hace en nuestra vida.
PIEDRAS PRECIOSAS
Las piedras preciosas son aquellos valores que se han arraigado en el cristiano mediante decisiones bajo presión. Situaciones que han formado el carácter en medio de los padecimientos, aflicciones, adversidades.
Oro, plata y piedras preciosas son obras hechas por los creyente que son purificados en el fuego de la prueba, crecen, se fortalecen y permanecen, brillan, adornan la casa de Dios, con talentos de parte de Dios, y que bajo la unción del Espíritu los capacita para trabajar en su obra.
MADERA, HENO, HOJARASCA:
MADERA
La madera son obras de nuestras manos, muchos tenemos talentos naturales, lo cual es distinto a las obras bajo la unción del Espíritu Santo. Se puede tener un talento natural para hacer las cosas, pero sin la ayuda del Espíritu Santo podemos caer tentados a idolatrar nuestra propia creatividad, habilidad, talento.
HENO
El heno o paja son obras para impresionar, hay cierta apariencia en lo que hacemos, pero Dios mira el corazón, y pronto se desvanecerá esa apariencia externa que hemos formado.
HOJARASCA
De igual forma la hojarasca es algo que debe ser removido para dar fruto en nuestras vidas.
Aunque sean quemadas esas obras de madera, heno y hojarasca, el creyente será salvo, pues no se está juzgando su condición de salvo o perdido sino las obras que hizo como creyente en Cristo. Por lo tanto, la escritura dice: “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo” (II Juan 1:8).
¿QUÉ ES EL JUICIO DEL GRAN TRONO BLANCO? (Apocalipsis 20: 11)
El juicio del gran trono blanco es mencionado en Apocalipsis 20: 11.Todos los que son juzgados aquí son aquellos que han participado en la segunda resurrección, es decir, después del milenio (Apocalipsis 20:5-6). Ninguno de los impíos es resucitado hasta que llegue la segunda resurrección para el juicio del gran trono blanco.
EN EL JUICIO DEL TRONO BLANCO CADA UNO SERÁ JUZGADO DE ACUERDO A SU ÉPOCA
En este
juicio, cada quien será juzgado de acuerdo a la época en la cual vivió, es
decir, el juicio será en base a las obras y la verdad revelada en su tiempo.
Caín vivió antes de la ley de Moisés, Nabucodonosor antes de la edad de la
iglesia, por lo tanto, cada quien será juzgado de acuerdo a la dispensación o
época en la cual vivió. Equidad y justicia será impartida en el juicio
conforme a cada período de tiempo (Romanos 2:11-15).