About Me

My photo
EDUCATION: Holt High School, Holt Mich., Lansing Community College, Southwestern Theological Seminary, National Apostolic Bible College. MINISTERIAL EXPERIENCE: 51 years of pastoral experience, 11 churches in Arizona, New Mexico and Florida. Missionary work in Costa Rica. Bishop of the Districts of New Mexico and Florida for the Apostolic Assembly. Taught at the Apostolic Bible College of Florida and the Apostolic Bible College of Arizona. Served as President of the Florida Apostolic Bible College. Served as Secretary of Education in Arizona and New Mexico. EDUCACIÓN: Holt High School, Holt Michigan, Lansing Community College, Seminario Teológico Southwestern, Colegio Bíblico Nacional. EXPERIENCIA MINISTERIAL: 51 años de experiencia pastoral, 11 iglesias en los estados de Arizona, Nuevo México y la Florida. Trabajo misionera en Costa Rica. Obispo de la Asamblea Apostólica en los distritos de Nuevo México y La Florida. He enseñado en el Colegio Bíblico Apostólico de la Florida y el Colegio Bíblico Apostólico de Arizona. Presidente del Colegio Bíblico de la Florida. Secretario de Educación en los distritos de Nuevo México y Arizona.

Friday, February 21, 2025

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA PASIÓN?

Romanos 12:11, Colosenses 3:23

La palabra pasión puede asemejarse con determinación, valentía, coraje, firmeza y perseverancia.

En la Biblia, la pasión se describe como una fuerza poderosa que impulsa a las personas a seguir su llamado y servir a Dios de todo corazón, lo que refleja una intensa devoción y compromiso con los esfuerzos espirituales. La pasión alimenta nuestra fe y enciende un ferviente celo por el Reino de Dios. Puede ser una fuerza poderosa cuando se guía por principios bíblicos.

La pasión humana, cuando está alineada con la voluntad de Dios, puede ser una fuerza poderosa para el bien. El apóstol Pablo, en su carta a los Romanos, anima a los creyentes a ser fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. Romanos 12:11 dice: “No desfallezca vuestro celo; sed fieles al Señor”. Esta exhortación subraya la importancia de mantener un compromiso apasionado con la obra y los propósitos de Dios.

Sin embargo, la Biblia también advierte sobre los peligros de la pasión humana mal dirigida o descontrolada. Santiago 1:14-15 advierte: “Sino que cada uno es tentado cuando es atraído y seducido por sus propios malos deseos. Luego, después que la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”. Aquí se ilustra la progresión del deseo desenfrenado al pecado y, en última instancia, a la muerte espiritual, lo que sirve como advertencia contra el hecho de permitir que la pasión nos aleje de los mandamientos de Dios.

Como creyentes, nuestra pasión debe estar dirigida a servir a Dios, ya sea a través de la oración, la adoración o nuestras acciones diarias. Al mantener nuestro fervor espiritual, podemos cumplir con nuestro llamado y vivir nuestra fe con energía y entusiasmo, mostrando a los demás el amor de Cristo en todo lo que hacemos.

La pasión en nuestro trabajo es un reflejo de nuestra pasión por el Señor. Colosenses 3:23 nos enseña a abordar cada tarea con dedicación de todo corazón, sabiendo que nuestro propósito final es servir a Dios. Ya sea en casa, en el trabajo o en el ministerio, cuando damos lo mejor de nosotros, honramos a Dios, demostrando nuestra pasión por Él en todas las áreas de la vida.

En Romanos 12:11, se nos anima a ser “fervientes en espíritu” o “encendidos” por Dios, un fuego que alimenta nuestro entusiasmo por servirlo y buscarlo con todo nuestro corazón. El fuego representa un profundo amor y una devoción apasionada a Dios. El fuego no solo tiene que ver con la purificación y el juicio, sino que también es un símbolo de la pasión por Dios. A lo largo de la Biblia, el fuego es un símbolo de celo y fervor por Dios.

De manera similar, Apocalipsis 3:15-16 advierte contra la fe tibia. Este versículo enfatiza la necesidad del fervor espiritual, llamándonos a estar completamente comprometidos y encendidos por Dios, en lugar de ser indiferentes o a medias en nuestra fe.

ESTAR EN FUEGO POR DIOS

Cuando hablamos de tener un “fuego por Dios”, estamos hablando de un deseo profundo e incansable de conocerlo, amarlo y darlo a conocer. Así como un fuego que se propaga, nuestra pasión por Dios debe ser contagiosa, atrayendo a otros hacia su amor y gracia.

Jesús mismo habló de este tipo de fuego cuando dijo en Lucas 12:49: “Fuego he venido a echar sobre la tierra; ¡y cómo quisiera que ya estuviera encendido!” Este fuego representa la pasión que Jesús desea encender en sus seguidores: un fuego que purifica, transforma y difunde el Evangelio.

¿QUÉ SIGNIFICA MANTENER EL FUEGO ENCENDIDO?

En el Antiguo Testamento, se instruía a los sacerdotes a mantener el fuego del altar encendido en todo momento, sin dejar que se apagara nunca (Levítico 6:13). Este fuego continuo era una señal de devoción y adoración, que representaba la presencia continua de Dios en la vida de su pueblo.

Para nosotros hoy, mantener el fuego encendido significa nutrir nuestra relación con Dios a diario. Se trata de pasar tiempo en su Palabra, en oración y en adoración, permitiendo que el Espíritu Santo mantenga nuestra fe viva y vibrante. Es fácil dejar que el fuego se apague cuando quedamos atrapados en los negocios de la vida, pero Dios nos llama a cuidar la llama, a mantener viva nuestra pasión por Él.

LA DIFERENCIA ENTRE LA PASIÓN DE DIOS Y LOS DESEOS MUNDANOS

La Biblia establece una clara distinción entre la pasión de Dios y los deseos mundanos, y enfatiza la importancia de alinear nuestro corazón con la voluntad de Dios. La pasión de Dios tiene su raíz en un profundo amor por Dios y en el deseo de servirle, mientras que los deseos mundanos suelen surgir de motivaciones egoístas y placeres temporales. Es esencial que los creyentes comprendan esta diferencia fundamental mientras transita su camino espiritual y buscan vivir una vida que agrade a Dios.

En la Biblia encontramos numerosos ejemplos que resaltan el contraste entre estos dos tipos de pasión. Por ejemplo, la inquebrantable dedicación del apóstol Pablo a la difusión del Evangelio demuestra la pasión de Dios, mientras que la búsqueda de placeres terrenales por parte del rey Salomón en el libro de Eclesiastés ilustra la vacuidad de los deseos mundanos. Para ilustrar mejor esta distinción, considere la siguiente comparación:

PASIÓN DIVINA                                         DESEOS MUNDANOS

1. Enfoque eterno                                       Deseos mundanos

2. Servicio desinteresado                            Búsquedas egocéntricas

3. Edifica a los demás                                 A menudo daña las relaciones

4. Se alinea con la voluntad de Dios           Contradice las enseñanzas bíblicas

La Biblia exhorta a los creyentes a cultivar la pasión divina, al mismo tiempo que advierte contra el atractivo de los deseos mundanos. En Romanos 12:2, se nos recuerda: “No os conforméis al mundo actual, sino transformaos mediante la renovación de vuestro entendimiento. Así podréis comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”.

Este versículo señala la importancia de alinear nuestras pasiones con el propósito de Dios, en lugar de sucumbir a los placeres del mundo. Al centrarnos en la pasión divina, podemos experimentar una verdadera satisfacción y contribuir al avance del reino de Dios en la tierra.

CÓMO LA PASIÓN IMPULSA NUESTRO CRECIMIENTO ESPIRITUAL

La Biblia nos enseña que la pasión es una fuerza poderosa que puede encender nuestro viaje espiritual e impulsarnos hacia una relación más profunda con Dios. Cuando abordamos nuestra fe con entusiasmo y celo, nos abrimos a experiencias transformadoras que pueden moldear nuestro carácter y fortalecer nuestra conexión con Dios. El apóstol Pablo, en su carta a los romanos, exhorta a los creyentes a ser fervientes en espíritu, sirviendo al Señor (Romanos 12:11), enfatizando la importancia de la devoción apasionada en nuestra vida espiritual.

La pasión actúa como un canal para el crecimiento espiritual al motivarnos a buscar a Dios con más fervor y a sumergirnos más profundamente en Su Palabra. Cuando somos apasionados por nuestra fe, es más probable que:

Dediquemos tiempo a la oración y la meditación

Estudiemos la Biblia con mayor intensidad y concentración

Participemos activamente en la adoración y la comunión

Busquemos oportunidades para servir a los demás y compartir nuestra fe

Además, la pasión alimenta nuestra resiliencia espiritual, permitiéndonos perseverar a través de los desafíos y las pruebas. Como nos recuerda Santiago 1:2-3, “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, pues sabéis que la prueba de vuestra fe produce constancia”. Cuando iniciamos nuestro viaje espiritual con pasión, estamos mejor equipados para enfrentar los obstáculos con determinación y fe inquebrantable, y finalmente emergemos más fuertes y más maduros en nuestra relación con Dios.

CRECIMIENTO ESPIRITUAL         CÓMO LO MEJORA LA PASIÓN

1. Vida de oración                            Aumenta la frecuencia y profundidad de la comunicación                                                          con Dios.

2. Estudio bíblico                             Promueve una comprensión y aplicación más profunda de                                                           la Biblia.

3. Adoración                                     Eleva la experiencia de alabar y glorificar a Dios.

4. Servicio                                        Motiva actos desinteresados ​​de amor y compasión.

EQUILIBRAR LA PASIÓN CON LA SABIDURÍA

La Biblia ofrece ideas profundas sobre cómo equilibrar la pasión con la sabiduría, enfatizando la importancia de moderar nuestros deseos fervientes con el discernimiento piadoso. A lo largo de las Escrituras, encontramos numerosos ejemplos de personas que lograron navegar con éxito este delicado equilibrio, así como historias de quienes permitieron que la pasión desenfrenada los llevara por mal camino. El libro de Proverbios, en particular, está repleto de versículos que subrayan el valor de la sabiduría para guiar nuestras búsquedas apasionadas.

Uno de los ejemplos más conmovedores de equilibrio entre la pasión y la sabiduría se puede encontrar en la vida del rey Salomón. A pesar de su pasión inicial por servir a Dios y guiar a su pueblo, sus deseos desenfrenados finalmente lo alejaron de su propósito divino. Esto sirve como un poderoso recordatorio de que incluso los más sabios entre nosotros debemos buscar continuamente la guía de Dios para mantener un equilibrio saludable entre nuestras pasiones y Su voluntad. La Biblia nos enseña que la verdadera sabiduría proviene de Dios, y cuando alineamos nuestras pasiones con Su sabiduría, podemos lograr cosas extraordinarias para Su reino.

LA PERSPECTIVA SOBRE EL EQUILIBRIO ENTRE LA PASIÓN Y LA SABIDURÍA

PASIÓN SIN SABIDURÍA                           PASIÓN CON SABIDURÍA

1. Decisiones impulsivas                             Consideración reflexiva

2. Motivaciones egocéntricas                      Motivaciones centradas en Dios

3. Gratificación a corto plazo                       Espiritualidad a largo plazo

El apóstol Pablo ofrece un excelente ejemplo de alguien que logró equilibrar con éxito la pasión con la sabiduría en su ministerio. Su celo por difundir el evangelio se vio atenuado por su profundo conocimiento de la palabra de Dios y su disposición a buscar la guía divina. Las cartas de Pablo a las iglesias primitivas a menudo enfatizan la importancia de combinar una fe ferviente con una doctrina sana, lo que ilustra la perfecta armonía entre la pasión y la sabiduría. A medida que nos esforzamos por emular este equilibrio en nuestras propias vidas, podemos buscar inspiración y orientación en las enseñanzas y el ejemplo de Pablo.

 

No comments:

Post a Comment