Salmos 13:1-2
En la vida
cristiana, no es raro que los creyentes atraviesen momentos en los que sienten
que Dios calla. Esta
experiencia puede ser desconcertante, especialmente cuando enfrentamos
circunstancias difíciles y buscamos desesperadamente una palabra, una señal o
un indicio de la presencia divina. Sin embargo, si Dios está callado no es algo
nuevo ni es una señal de Su ausencia. A lo largo de la Biblia, encontramos ocasiones
en los que Dios parecía guardar
silencio, y en cada uno de ellos podemos descubrir lecciones profundas que fortalecen nuestra fe
y nos invitan a perseverar.
La Escritura nos
presenta varios ejemplos donde
parece que Dios guarda silencio, pero siempre hay un propósito más allá de lo
que podemos comprender a simple vista:
EN EGIPTO: (Éxodo 1:8-14)
Durante 400 años,
el pueblo de Israel vivió en Egipto. Al principio, su estadía fue favorable,
pero con el tiempo se convirtieron en esclavos bajo el yugo de faraones que no
conocían a José ni a las obras de Dios. Durante este periodo, podría parecer que Dios había abandonado a Su
pueblo. Sin embargo, en Éxodo 2:24-25, leemos que Dios escuchó el clamor de los israelitas y
recordó Su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Aunque parecía que Dios estaba
callado, Él estaba preparando el
camino para liberar a Su pueblo y revelar Su poder de manera
poderosa a través de Moisés.
JOB:
La historia de
Job es otro ejemplo clásico. Job, un hombre justo y temeroso de Dios, perdió
todo: sus hijos, su riqueza y su salud. En medio de su sufrimiento, clamó a
Dios en repetidas ocasiones, pero parecía
no haber respuesta.
Job incluso
expresó su frustración: “¡Quién me
diera el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla” (Job 23:3).
Sin embargo, al final del libro, Dios habló a Job (Job 38) y le recordó Su
soberanía. Aunque Job no recibió todas las respuestas, su fe fue refinada y restaurada.
EL PERIODO
INTERTESTAMENTARIO:
Otro notable
periodo en el cual Dios está aparentemente callado, se encuentra entre el
Antiguo y el Nuevo Testamento, conocido como el periodo intertestamentario. Durante aproximadamente 400 años,
no hubo profetas ni revelaciones directas registradas.
A pesar de lo
anterior, Dios estaba obrando tras
cortinas, preparando el escenario para la llegada de Su Hijo,
Jesucristo. Este periodo nos recuerda que cuando Dios calla no significa inactividad.
JESÚS EN LA
CRUZ:
El momento
culminante se encuentra en el Gólgota, cuando Jesús, colgado en la cruz, clamó:
“Dios mío, Dios mío, ¿Por
qué me has desamparado?”
(Mateo 27:46). En ese momento, El Señor experimentó el completo abandono por
causa de nuestro pecado. Dios aparentemente estaba callado, pero no era sin propósito; al contrario,
era el acto redentor más
significativo de la historia.
¿POR QUÉ DIOS
GUARDA SILENCIO?
Puede ser
una prueba para nuestra fe, pero también tiene propósitos que pueden
ayudarnos a crecer
espiritualmente.
1. REFINAR
NUESTRA FE
El
apóstol Pedro escribe: “para que sometida
a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque
perecedero se prueba con fuego,
sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (1
Pedro 1:7). Cuando Dios calla se nos lleva a depender completamente de Él,
incluso cuando no vemos ni entendemos lo que Él está haciendo. Este proceso
puede ser doloroso, pero produce
una fe más genuina y sólida.
2. ENSEÑARNOS A
ESPERAR
En
el Salmo 27:14, David nos anima: “Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu
corazón; sí, espera a Jehová”.
La espera es una parte esencial de la vida cristiana. Aprendemos a confiar
en el tiempo perfecto de Dios y a rendir nuestras agendas a Su
voluntad.
3. PROBAR
NUESTRA MOTIVACIÓN
A
veces, cuando Dios calla nos desafía a examinar nuestro corazón. ¿Buscamos a Dios solo por lo que puede
hacer por nosotros, o lo buscamos por Quién es Él? En medio de esto, aprendemos
a amar a Dios no por Sus dones, sino por Su persona.
4. PREPARARNOS
PARA UN MAYOR PROPÓSITO
Así
como en el periodo intertestamentario, cuando Dios calla puede ser una señal de que Dios está preparando algo
grande. A veces, necesitamos esperar y confiar en que Él está obrando
aunque no lo veamos.
¿CÓMO
ENFRENTARLO?
Cuando Dios no
dice una sola palabra a nuestra vida, nuestra respuesta es crucial. Aquí hay algunas maneras prácticas
de mantenernos firmes:
1. AFÉRRATE A SU
PALABRA
La
Biblia es la revelación escrita de Dios y siempre está disponible para
guiarnos. En los momentos en que Dios calla, meditar en las promesas de
Dios nos da fortaleza y dirección. Romanos 15:4 nos recuerda que las
Escrituras nos dan “ánimo y esperanza”.
2. PERSEVERA EN
LA ORACIÓN
Aunque
sientas que tus oraciones no tienen respuesta, sigue orando. En Lucas 18:1-8,
Jesús contó la parábola de la viuda persistente para enseñarnos a no desmayar
en la oración. La perseverancia demuestra nuestra fe y confianza
en Dios.
3. RECUERDA SU
FIDELIDAD PASADA
Mirar
atrás y recordar cómo Dios ha sido fiel en el pasado puede darnos esperanza en
el presente. Como dice el Salmo 77:11: “Me
acordaré de las obras de JAH; sí, haré yo memoria de tus maravillas
antiguas”.
4. BUSCA
COMUNIDAD
El
cuerpo de Cristo está para animarnos
y apoyarnos en momentos de dificultad. Hablar con otros creyentes,
escuchar sus testimonios y orar juntos puede ayudarnos a superar los momentos
en que sentimos que Dios no actúa.
5. RINDE TUS
PLANES A DIOS
A
menudo, cuando Dios calla nos
desafía a soltar el control y confiar en Él completamente. Proverbios
3:5-6 nos invita: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu
propia prudencia. Reconocerlo en todos tus caminos, y él enderezará tus
veredas”.
EL PODER DEL
SILENCIO
Cuando Dios calla
no es un rechazo ni una ausencia; es una oportunidad para crecer en fe, aprender a escuchar Su voz de
maneras inesperadas y experimentar
Su paz que sobrepasa todo entendimiento. Como dice Habacuc 2:20:
“Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra.”. Aun
callando, podemos encontrar a un
Dios que está plenamente presente y activo.
Cuando sentimos
que Dios está callado puede ser difícil de soportar, pero es un recordatorio de que nuestra fe no depende
de emociones o circunstancias, sino de la verdad de Quién es Él. En esos
momentos, somos llamados a confiar, esperar y buscar a Dios con todo
nuestro corazón. Al final, descubriremos que incluso cuando Dios parece
inactivo, está hablando y obrando
para nuestro bien y Su gloria eterna.
No comments:
Post a Comment